viernes, abril 08, 2005

Uñica

Esta mañana, como todas las mañanas (el hombre es un animal de costumbre) me subí al 165.
Estaba bastante vacío, y había varios lugares para elegir asiento.
Como mi viaje era relativamente corto, elegí sentarme cerca de la puerta, pues el aire matinal tiende a despertarme.
A mi lado, una señorita morena hacía unos ruidos extraños, metálicos.
Se trataba de ruidos extrañamente familiares que jamás había escuchado en un autobus... "click, click, click..."
Luego giré mi cabeza hacia la izquierda, para observar qué chirimbolo producía tales vibraciones sonoras, y ahí lo vi...
era... UN ALICATE!
Si.
La muchacha se estaba cortando las uñas en el colectivo.
No limando, ni masticando, ni mirando: cortando con el alicate.
Como si estuviera en el baño de su casa, volaban pedazos de uña por aquí y por allá.
Los pocos cadáveres uñísticos que caían en su regazo, eran cuidadosamente depositados... en la cartera (o bolso de mano) de la chica.

Y yo me pregunto, señores... es necesario?
Tan poco tiempo nos deja esta hectic life como para no poder cortarnos las uñas en el baño de nuestras casas?
Tanto nos han cambiado los reality shows que lo otrora privado ha pasado a ser público?

Reflexionemos.

. o O Mel, que se corta las uñas en su casa O o .

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