Hoy a la mañana me subí al 165 y mientras luchaba entre el sueño y la vigilia, miraba a la gente haciendo cola para subirse al bondi.
Aclaración: En los autobuses montrealeses -al igual que en los argentinos- se sube por adelante. Pero a diferencia de éstos, uno puede elegir bajarse por adelante o por la puerta de atrás (que en realidad está en el medio).
Retomando el relato, entonces, me encontraba yo en el bus mirando la larga fila de gente esperando para subir.
En eso un muchacho de cabellos enrulados cual querubín renacentista, cansado de esperar para subir por adelante, decidió transgredir las reglas tácitas de la buena conducta en la fila del autobús y -aprovechando que un señor bajaba por la puerta de atrás- se coló por la misma.
Esto no es raro: Esta situación se repite cada vez que hay una cola de más de -digamos- 15 personas esperando el bondi. Siempre hay alguno que aprovecha que la puerta de atrás está abierta para ingresar al interior del móvil por la misma.
Pero esta vez, el trasgresor no contaba con la reacción del Chofer Justiciero, quién se levantó de su asiento y con su todopoderoso dedo acusador le dijo algo así como "Eh, usted!. Abajo y a hacer la cola como todo el mundo!".
Ante tal (acertado) escarnio público el joven de los cabellos de ángel bajó la cabeza, se bajó del colectivo, y volvió a la cola. Como todo el mundo.
Yo, por mi parte, no pude evitar esbozar una sonrisa. La primera (y definitivamente no la última) del día.
. 0 O Mel en el transporte publico O o .
No hay comentarios.:
Publicar un comentario