La rubia antihigiénica

Resulta que (me encanta cuando alguien empieza una historia diciendo "Resulta que...») el otro día me estaba haciendo pichonina y fui al baño de la oficina. El problema es que el baño está afuera de la oficina, y es compartido con todas las otras oficinas del piso de abajo (para que se entienda, la oficina es una fabrica reciclada, así que el edificio tiene muchas oficinas y muy grandes, pero pocos baños. El coeficiente cantidad de personas por baño es -aproximadamente- 55/1. Es decir, 55 personas por baño disponible).

Hay un baño de hombres y otro de mujeres (convenientemente señalizados como tales a través del típico señor cabeza de bola con pantalones y la señora cabeza de bola con pollera) pero acá mucha bola no le dan: si el baño de mujeres está ocupado, se usa el de hombres y viceversa.
Una aclaración: en general, prefiero no usar jamás el baño de hombres, ya que siempre está la tabla levantada, meada por los costados, el lavamanos siempre esta mojado y la manija de la puerta también. Pero si no me queda otra opción...

Bueno, retomando, me dirigí a hacer uso de las facilidades y cuando estaba acercándome a las mismas (situadas a unos 7,5 metros de la puerta de mi oficina) sale del toilette una rubia alta, despampanante, vestida de trajecito, impecable. Una diosa total.

Entro yo al baño que la diosa del olimpo había abandonado hace instantes nomás. Y que me encuentro?... PIS.
Si, señoras y señores.
Pis.
Amarillo y espumoso.
Con un pedazo de papel higiénico flotando y sin el menor indicio de que alguien haya apretado el botón.
En resumen, un asco.
Ahora, me pregunto:
Señooooooooooooooora... hay necesidad?
Y me repregunto:
Es necesario tanto maquillaje, tanta producción, tanta tintura oxigenada, tanta facha para después ir al baño compartido y dejar el orín flotando para que todos lo podamos ver?.

Los dejo para que reflexionen.
Y recuerden, amiguitos:
No todo lo que brilla es oro. No todas las rubias despampanantes tienen un elevado nivel de higiene personal y/o consideración para con el prójimo.

Saludos desde el otro lado,

.oOMelOo. Morocha y aguadora de pichoninas.