Estuve de visita por "El Lado" (suena lógico, no? si este es El Otro Lado, aquel debe ser "El Lado").
Pasé año nuevo en familia y me encantó estar con los amigos, la flia y los lugares que dejamos cuando nos fuimos ("el ése" y yo) .
Pero asi y todo, pese a mi relacion amor-odio con Buenos Aires (qué habitante de Bs As no la tiene?, a todos nos resulta imposible no amarla y odiarla a la vez) confirmo que:
(musica de cronica - pantalla roja con marcha de fondo pa pa parampa pa pa pa pa pa pa pa)
MELINA CONFIRMA QUE BUENOS AIRES NO ES SU LUGAR EN EL MUNDO.
Mas informaciones, en instantes.
Espero no herir susceptibilidades: milagrosamente hay gente que todavia me quiere y a quiénes les gustaría verme mas seguido... poooobres! :).
Pero ahora estoy en El Otro Lado, empezando una nueva relación sentimental con estas calles, con esta nieve, con esta gente, con estos idiomas, y no estoy dispuesta a sacrificarla porque Buenos Aires -cual ex amante despechado- me pide a gritos que regrese a sus brazos.
Mi calle ahora es Van Horne, y no Giuffra o Defensa.
Mi supermercado es Maxi, no Manyi. (Pronunciese Man-iii )
Mi megafarmacia favorita es Jean Coutu (o en su defecto Pharmaprix) y no Farmacity.
Y mi nombre en El Otro Lado es Meliná (con acento en la A) y no Melína (con acento en la i)
Recientemente me he dado cuenta de una extraña verdad:
Cuando uno se va, puede volver. Pero nunca va a volver a ser la misma persona. Apliquese el concepto de espiral hegeliano y entiendase: Uno es el que se quedó, el que se fue y el que vuelve, todo a la vez.
Me duele la cabeza, mejor me llamo a silencio.
Se vemo'.
. o O o . Mel . o O o . que fue a visitar el otro lado, ahora volvio y se puso filosofica nomás.
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