Hoy a la mañana me subí al 165, me senté en el sentido contrario de la circulación, - mirando para atrás, bah- y aunque me marea un poco el hecho de que el colectivo avance pero yo solo vea el camino recorrido con un pequeño delay, no se me hace insoportable.
La cosa es que estaba tomando un lemon diet snapple (soy fanática neófita del té helado) y entre sorbo y sorbo, guardaba la botella en mi cartera.
En eso el señor que estaba sentado enfrente mío me dice (en francés... aclaro porque acá te pueden hablar en cualquier idioma...)
"Sabías que están por salir al mercado nuevas carteras de cuero con mini-heladeritas incluídas?"
Le contesté que me parecía una idea fabulosa. Y seguí leyendo.
Definitivamente las mejores cosas pasan en el transporte público.
.Oo. M e l a d e r i t a.Oo..
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